11 de octubre de 2018

Macedonia



Primeros kilómetros en Macedonia, y pasando la primer ciudad, Kumanovo, me dispongo a buscar un sitio donde acampar. Mis última semana en Serbia fue algo atípica, ya que no tuve necesidad de armar la carpa, por lo que ya extraño esa experiencia de acampar en algún lugar alejado y en solitario.
Entrada a Macedonia
Ya dentro de Macedonia

Primera noche en Macedonia, acampando en Kumanovo
Pasta, arroz, y Paprika, una cena completa para reponer energía
Mi paso por Macedonia fue corto, solo 5 días, pero no por eso dejó de ser interesante y lleno de encuentros. Casualmente durante mi pedaleada allí, alcancé los primeros 5000 Km del viaje, y con la satisfacción de ese “logro”, llegué a Stip, una ciudad en el centro del país.

Primeros 5000 Km de viaje
Camino a Stip
Antes de llegar a Stip, me detuve a descansar en una estación de servicio. Después de pedirle electricidad para mi teléfono, comencé a conocer a los empleados que trabajan allí. Son Robert y Kostadin. Por suerte para mí, ambos hablan inglés. Cuánto me gusta que en las estaciones de servicio haya gente trabajando, tan distinto a Francia por ejemplo, donde todo se hace entre el cliente y una máquina. Sobre el mediodía llegaron un grupo de trabajadores de una constructora, que estaban trabajando en una ruta en construcción, cerca de allí. Comparto con ellos algo de Paprika (una salsa de tomates, tradicional en los Balcanes) que traía en mis alforjas, y ellos comparten conmigo algo de su comida. Almorzamos juntos, hablamos sobre mi viaje, y sobre su trabajo. Al tiempo, ellos se fueron a seguir con su trabajo, y yo seguí con la bicicleta, con una sonrisa en la cara, contento por los inesperados encuentros que se dan en la ruta día tras día.
Junto a Robert y Kostadin
Compartiendo almuerzo con trabajadores


En Stip me recibió en su casa, Elena. Pude parar a descansar un día y conocer el ritmo de vida en una  pequeña ciudad del interior. Pude disfrutar un par de veces de una experiencia sencilla pero que me gusta repetir cada vez que puedo: Salir a caminar por el barrio donde estoy parando, observar la gente caminar, entrar a pequeñas despensas, supermercados o verdulerías a comprar y/o mirar qué consume la gente. Cuánto cuestan las cosas, etc. Es una experiencia de lo más simple, pero me llama la atención y siento que comparto por algunos momentos, la cotidianeidad del día a día con personas de países totalmente desconocidos para mí. Cómo no, también disfruté de los últimos Burek del viaje, ya que más adelante será dificil conseguirlos así de buenos.

Centro de Stip
Famosos BUREK, en una panaderia (Pekara) en Stip


Además en Stip conocí a Ivan, quién también es contador. Por lo que pudimos compartir nuestras apreciaciones sobre la profesión, la forma de trabajar en este país, las condiciones en que estudian en sus universidades, etc.

Junto a Elena e Ivan, almorzando en Stip
La próxima y última parada en Macedonia fue en Strumica. Donde descansé en casa de Zoran. Conocí a su familia, y compartimos buenos momentos de charla durante la cena y el desayuno. Hasta me preparó un sándwich para mi camino hacia Grecia. Un grande.

Camino a Strumica

En Strumica, con Zoran, antes de comenzar la jornada

Ultimos Km en Macedonia

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