Relatos de mi primer viaje en bicicleta, desde Barcelona (España) a Bangkok (Tailandia)
22 de febrero de 2019
Turquia II
Regresé a Estambul el día 6 de
noviembre, ya con muchas ganas de seguir pedaleando, y sólo me bastó un día
para dejar todo en condiciones para la salida. La idea era cruzar Turquía de
oeste a este, en dirección a Georgia, pero desviándome hacia el centro del país
y pasando por Capadocia.
En Estambul, todo listo para seguir pedaleando
La mañana siguiente salí temprano
de casa de mi anfitrión Ercan, en dirección a la estación de ferrys, donde
tomaría un barco hacia Yalova, una pequeña ciudad en la costa opuesta del Mar
Mármara, con la idea de evitar nuevamente todo el tránsito y caos de Estambul.
Desde Yalova comencé a recorrer la ruta que va hacia el interior, alejándome de
la costa y comenzando a escalar las primeras montañas, con mucha alegría y
agradecido de poder estar otra vez en la ruta con mu bicicleta después de más
de un mes de descanso.
Primer dia de pedaleo, entre campos de olivos en Iznik
Una de las primeras paradas del
viaje fue en Bilecik, una de las ciudades que antiguamente fue Capital del
Imperio Otomano. Allí fui recibido por Hakan, quién me invitó a una deliciosa
cena en el restaurante de un amigo y me ofreció un sitio donde dormir. Él
lidera un grupo de ciclistas en la cuidad, y se encarga de promover el uso de
la bicicleta en Bilecik y la zona.
Me propuso la idea de visitar en la mañana
siguiente, una clase de inglés en una escuela secundaria, y por supuesto que
acepté la invitación. Allí fuimos por la mañana, y compartimos con los chicos
algunas historias sobre la ruta de mi viaje, también sobre Argentina, y diferencias
y similitudes que veía respecto a Turquía. Siendo que esta fue mi primera vez
hablando para un grupo de personas sobre mi viaje, y además en inglés, será de
seguro un grato recuerdo. Momentos en que sentía estar aprendiendo muy
rápidamente: mejorando mi inglés, mi oratoria, aprendiendo su cultura, y en qué
piensan los jóvenes en un país tan distinto como es Turquía.
Junto a Hakan y los alumnos en Bilecik
Las próximas paradas serían en
Eskisehir y Sivrihisar. En la primera, me recibió una familia que contacté en
Couchsurfing. Erol y su esposa me brindaron todo lo que necesité, una cena
exquisita, una ducha y un lugar en su casa a reparo del frio que se hacía
presente cada vez con más insistencia, especialmente a las noches. Al siguiente
destino, Sivrihisar, llegué luego de pedalear 113 Km, exhausto y prácticamente
sin parar durante todo el día.
Esa noche jugarían Boca vs River por la Copa
Libertadores, y decidí hospedarme en un hotel y asegurarme tener buen wifi para
ver el partido. El caso que se suspendió por lluvia, pero yo sin lamentos ya
que descansé como un rey y pude continuar bien entero mi camino hacia la
capital, Ankara.
Llegando a Ankara, capital del país.
Allí hice un buen amigo como
Cafer. Cada día que pasa confirmo más aquello de que la hospitalidad musulmana
es asombrosa. Nos contactamos mediante Instagram, y sin apenas conocernos me lo
brindó todo, cenamos juntos y hasta preparó junto a su hermano un postre turco
muy popular y delicioso, Kunefe. No podría estar más a gusto y satisfecho.
En Ankara pude visitar uno de los
sitios más representativos para los turcos actualmente, Anitkabir. Es un
mausoleo construido en la década del 40, donde hoy día descansan los restos de
Mustafa Ataturk, considerado por todos como un héroe nacional, fundador en 1923
y primer presidente de la actual República de Turquía. Es realmente llamativo
el honor que todos le rinden, y lo presente que está en la sociedad.
Anitkabir, mausoleo de Mustafa K. Ataturk
Mezquita "Kocatepe Camii", la más grande de la ciudad
Los días de frio eran ya una
constante, y debía apurarme. Sólo un día de descanso en Ankara, y continué
hacia uno de los lugares que más esperaba conocer, Capadocia. Una pequeña
región en el centro del país, con una formación geológica única en el mundo, y que
también cuenta con un patrimonio histórico y cultural muy singular.
Acampando, camino a Capadocia
Allí contacté a Cetin, quien vive
en Uchisar, uno de los pueblos más conocidos en la región. Tiene allí una
cueva, que puso a mi disposición, lo que haría mucho más auténtica mi
experiencia en Capadocia. Todo mejora aún más, cuando al día siguiente (luego
de recorrer con mi bici otros pueblos como Urgup o Goreme), me encuentro allí
con Facundo, otro argentino que también está viajando solo en bicicleta por
esta zona. Para mi sorpresa, él es de General Pico (La Pampa), por lo que la
alegría es doble. Compartimos dos días recorriendo la zona, hablamos muchísimo
y con mucha satisfacción de compartir con un pampeano un par de días.
Junto a Facu, Cetin y Gabi, en Uchisar (Capadocia)
Para nuestra última noche en
Capadocia decidimos acampar, a pesar del frio, con la esperanza de ver los
globos aerostáticos volar en el próximo amanecer. Como acampamos de noche,
recién en la mañana nos dimos cuenta de la suerte que tuvimos, ya que el lugar
de acampada estaba rodeado por globos aerostáticos volando a nuestro alrededor.
Estaban literalmente sobre nuestras cabezas. Otra de las grandes memorias de mi
viaje, una postal que queda grabada para siempre, un paisaje que parece de otro
mundo.
Rose Valley, el mejor lugar para acampar en Capadocia y ver los globos volar
Algunas fotos más de esta parte de mi recorrido desde Estambul a Capadocia:
Puerto de ferrys de Yalova.
El otoño presente en Turquia.
Primera acampada, en Iznik.
Una construcción abandonada también sirvió para acampar dentro
Anitkabir, en Ankara
Cenando junto a Cafer, mi anfitrión en Ankara
Kocatepe Camii, en Ankara
Kocatepe Camii, en Ankara
Acampando al reparo de un rancho, lejos dela ruta.
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