Relatos de mi primer viaje en bicicleta, desde Barcelona (España) a Bangkok (Tailandia)
23 de septiembre de 2018
Bosnia-Herzegovina
Me resultó muy duro llegar al
paso de frontera de Vaganj, entre Croacia y Bosnia, y aunque llegué temprano y aún
tenía tiempo para pedalear, yo ya quería encontrar pronto un lugar para acampar. Solo necesité hacer un par de kilometros para divisar una casa
abandonada en medio de la montaña, y estaba claro que ese era el lugar ideal
para esa noche. Luego de pedir agua a un par de autos que pasaron por la ruta,
bajé hacia allí, y el lugar era alucinante, nadie alrededor, todo el paisaje de
la montaña solo para mí.
Ya tenia mi agua para cocinar
Acampada en la frontera Croacia - Bosnia
La mañana siguiente, la mejor
manera de comenzar un día, bajando un puerto. Fueron más de 10 km de pura
bajada, y sin ningún auto que interrumpa mi paso. Un auténtico placer, Bosnia
no podía recibirme mejor.
Puerto de Vaganj
Puerto de Vaganj
La primer ciudad a la que arribé
fue Livno, donde me llamó mucho la atención ver en la mayoría de sus calles, muchas
banderas de Croacia. Una parada corta para desayunar y cambiar dinero, y seguir
en dirección al Lago Rama. Un lago artificial a unos 70 km de distancia de
Livno.
Primer burek en Livno, Bosnia
Unos días atrás me habían comentado
que Bosnia es pura montaña, y ya me daba cuenta que era verdad. Por lo que
pensé que un lago, entre tantas montañas, debía ser grandioso. Y vaya que lo
fue. Después de varias subidas, llegar allí en una bajada constante, con el
lago de frente, fue una maravilla. Ya que es un lugar no muy explotado turísticamente,
pensé que sería fácil encontrar un lugar junto al lago para acampar, y así fue.
Vistas del Lago Rama
Tuve la suerte de encontrar un lugar con mesa y techo, y de frente al lago. La
suerte me está acompañando. Llegué a tiempo para ver el atardecer mientras
cenaba, así como el amanecer del día siguiente, que hoy es un recuerdo
imborrable.
Lago Rama
Acampada en el Lago Rama
Inolvidable amanecer en Lago Rama
Desde allí me dirigí a Konjic,
pasando por antes por Jablanica. Y un factor que se repite. Unos paisajes y
unas vistas increíbles desde la ruta. Todo el tiempo pedaleando entre montañas,
con lagos o ríos a la vera de la ruta.
Jablanica, camino a Konjic
En Konjic paré a descansar y
probar incontables veces una comida muy típica de los Balcanes, el Burek. Perdí
la cuenta de la cantidad que comí, son deliciosos y además baratos. Es una masa
muy fina enrollada y horneada, y con relleno de carne picada o queso. Una
delicia.
Puente de Konjic
Famosos y deliciosos BUREK
Lo siguiente sería llegar a
Sarajevo, y era todo un desafío, ya que nuevamente había que atravesar varias
subidas para llegar. Tomé un camino alternativo, por donde había mucho menos
tráfico, aunque me llevó dos días de ruta. Aunque las vistas y la tranquilidad
del lugar compensaban todo el cansancio que pudiera haber.
Camino a Sarajevo
Camino a Sarajevo, por rutas secundarias
Llegada a Sarajevo
Ya en Sarajevo, me dispongo a
conocer un poco de esta ciudad llena de historia y con una enorme diversidad cultural
y religiosa. Con una población en su mayoría musulmana, existen muchas
mezquitas en toda la ciudad, y es sobre todo llamativo para mí ver la forma en
que se hace el llamado a la oración cada día.
Mezquita Gazi Husrev Begova en Sarajevo
Mezquita del Emperador, en Sarajevo
Vijećnica, Sarajevo
También visite allí un museo
acerca de la Primera Guerra Mundial, y el papel de Sarajevo en ella. Así como ver detalles sobre el famoso asesinato del Archiduque del Imperio Austro-Húngaro
Franz Ferdinand, que días después diera desenlace a la Guerra.
Sitio desde donde se efectuó el asesinato,en 1914
Me impresionó también
saber acerca de la Guerra Bosnia que tuvo lugar entre 1992 y 1995, la historia
de algunos edificios históricos que fueron bombardeados y quemados, como la Vijećnica,
la Biblioteca Nacional, que albergaba miles de libros históricos de los
imperios austro-hungaro y otomano, y que fueron destruidos durante aquella Guerra.
A los pocos kilómetros de salir
de Sarajevo, ingreso a la República de Srpska (o República Serbia), y cómo no,
todas las calles llenas de banderas serbias. Es que Bosnia-Herzegovina está
formada por dos entidades autónomas, cada una con su propio gobierno, que se
dividen la mitad del territorio cada una. La Federación de Bosnia y Herzegovina
(integrada por Bosnios-musulmanes), y la República Serbia (integrada por
serbobosnios). Esta división tan radical del país sigue generando hoy día
muchas tensiones entre la población, debido sobre todo a que dicha organización
territorial está muy fresca, y las heridas de la guerra del 95 siguen
presentes.
Cartel de bienvenida a la Republica Serbia
El camino hacia la frontera con
Serbia fue duro, sobre todo por la gran cantidad de túneles que tuve que
atravesar. La mayoría de ellos entre 200 y 700 metros de largo, casi todos sin
luces, a oscuras. La única opción segura era pasarlos caminando al costado de
la ruta, con una linterna, y mucha paciencia.
Incontables tuneles como este en Bosnia
Paso por Visegrad, una ciudad muy
turística en el límite con Serbia, donde conozco a Josip, croata que volvía a
su país en su Harley Davidson, luego de su paso por Estambul. Gentilmente me
invitó a almorzar, y compartimos unos buenos momentos de charlas y cervezas. ¡¡Gracias
Josip!!
Junto al amigo Josip, en Visegrad
Ya solo quedaban unos pocos kilómetros
por pedalear, sin tantas subidas, y con buen clima. También con la satisfacción
de haber atravesado Bosnia y sus montañas, y haber conocido parte de un país
que para mí era totalmente desconocido, pero que tiene en él muchísima historia,
paisajes y buena gente que hace que la experiencia allí sea de lo mejor.
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