Ingresé a Francia por Hendaia, el
sábado 7 de julio de 2018. Sensaciones raras, la alegría de pisar un nuevo
país, la primera frontera que cruzo en mi viaje. Pero también sé que la
comunicación será un problema, no sé hablar en francés por lo tanto todo será
distinto desde ahora.
Entrada a Francia por Hendaia |
Sigo pedaleando por la costa rumbo a San Juan de Luz, compro algo de comida para la noche, y empiezo a buscar un sitio donde poder
pasar la noche. Está la zona llena de campings, pero son realmente muy caros.
Ninguno de ellos baja de 20 Euros, y ya estoy cansado de pedalear. Por esta
noche no me queda otra que entrar a uno de ellos en Bidart, antes de Biarritz.
Me duele pagar tanto por un camping, pero entiendo que de seguir pedaleando por
la costa, todo será muy similar.
El siguiente día comienzo a
pedalear hacia el interior, donde no haya tanto turista, y sea más simple encontrar
lugar donde poner la carpa. Me encuentro con rutas planas, que van junto a un
río, por las que puedo avanzar bastante bien.
A final del dia llego a Orthez,
tras 93 km de pedaleada. En Orthez cargo mis botellas con agua, y a la salida
del pueblo me meto en un campo que parecía abandonado. Aprovecho la
tranquilidad del lugar para cocinar, cenar y dormir temprano. Al día siguiente,
después de desayunar, cuando ya estaba juntándolo todo, aparece Chris, una
muchacha que (en inglés) me comenta que vive allí, que me había visto llegar a
través de una cámara de vigilancia, pero que no había ningún drama. En fin, nos
despedimos, y seguí camino rumbo a Auch y Toulouse.
Acampada en Orthez |
MANCIET - Es lunes 9 de Julio, 19 hs, todavía quedan unas tres horas de luz, pero ya llevo más de 90 km y empiezo a buscar un lugar donde pasar la noche. Llego a Manciet, un pequeño pueblo del interior de Francia. Lo primero es rellenar mis dos botellas con agua, suficientes para cocinar y bañarme. Pregunto a un joven en inglés, y gentilmente me da dos botellas de agua cerradas, ya que me comenta que el agua de la canilla no es buena para beber. Una buena.
Pero como no voy a bañarme con
agua potable, sigo queriendo llenar otra botella con agua normal. Salgo del
pueblo, y a 1 Km me detengo y entro a una granja con mi botella vacía.
-Bonjour! Saludo a la señora e
intento pedirle agua. Ella entiende algo en español, pero poco después
comenzamos a entendernos en inglés. Hablamos un poco sobre mi viaje, y les
comento que busco un lugar donde poner la carpa y pasar la noche. Ella (Lilian)
consulta con su esposo Robert, y aceptan que arme mi carpa en su patio. También
me invitan a cenar con ellos y (si quería) a darme una ducha. Por supuesto
accedí a todos sus ofrecimientos.
Acampando en Manciet |
Cenamos, conversamos largamente
acerca de nosotros, nuestros países, la vida en la granja, etc. Por momentos me
siento como en casa de mis abuelos. Lilian me cuenta que Robert se levanta cada
mañana muy temprano, y se va a trabajar a la granja, pero ella se queda más
tiempo en la cama. Le preocupa los fuertes trabajos que hace en el campo a sus
77 años, pero entiende que la ocupación de su esposo es lo que le da vida y lo
acepta así.
Por la mañana desayunamos juntos,
nos tomamos unas fotos para el recuerdo, y me despido de ellos agradeciendo su
gesto desinteresado de recibirme tan bien. Antes de irme, Lilian me regala un
frasco de mermelada de frutillas que ella misma hizo, para que no pase hambre
en la ruta.
Junto a Liliane y Robert, en Manciet |
Los siguientes días de pedaleo
fueron tranquilos, en rutas que siguieron siendo planas, pasando por entre los
campos de la región, todos ellos sembrados con maíz, girasol, trigo, y también varios
viñedos.
Llegué a Toulouse, donde esperaba encontrarme con Ivanna y Renzo, una
pareja de uruguayos que me recibirían en su casa. Pero antes, al entrar a
Toulouse, yendo por un carril bici me encontré con Martin, un francés que vivió
en Argentina por un año, y que habla perfecto español. Como todavía es
temprano, había tiempo para comprar unas cervezas e ir a tomarlas a la Daurade,
una plaza que da al Rio Garona, con unas vistas muy lindas de Toulouse. Me
despido de Martin, y por fin me encuentro con Ivanna y Renzo, con quienes
compartí la cena, mientras veíamos la semifinal del Mundial entre Croacia e
Inglaterra.
Con Martin, en Toulouse |
Junto a Ivanna y Renzo, en Toulouse |
Toulouse |
Al día siguiente pude darme el
lujo de tomar mate, después de más de un mes. ¡No pensé que lo extrañaba tanto!
Y también conocí parte de Toulouse, una ciudad que me gustó mucho, y que está
muy bien para andar en bici.
Desde Toulouse tomé el camino que
va a Carcassonne, bordeando el Canal de Garona, una famosa ciclo-vía que va muy
plana junto al canal, siempre con sombra y lo mejor de todo, sin autos. En
Carcassonne pasé la noche junto a Natacha y Jean Marc, una pareja local que me
recibió como en casa, a través de Warmshower.
Canal de Garona |
Junto a Natacha y Jean Marc, en Carcassonne |
La Citte, Carcassonne |
Pensaba desde allí seguir rumbo a
Narbonne, hacia la costa mediterránea, pero en un mensaje de Facundo, desde La
Pampa, me decía que su hermana vive en Castres, una ciudad a unos 80 km de
Carcassonne, pero hacia el norte, dirección opuesta a mi ruta. Entonces fue que
luego de contactarme con ella, Analia, decidí que el día siguiente iría a
Castres.
Junto a Analia, en Castres |
Ya en Castres, fui recibido por
Analia. Estuve tan a gusto en su casa, que hasta pude hablar con mi familia por
teléfono fijo, ya que a ella no le costaban esas llamadas. Además pudimos
compartir las fiestas del Dia Nacional en Francia el 14 de Julio, y ver la
Final entre Francia y Croacia en un estadio donde se juntó toda la ciudad a
verlo. Fue linda la experiencia de ver
los festejos de un campeonato del mundo, aunque yo sinceramente hinchaba por
Croacia.
Obvio que en casa de argentinos,
no faltaron unas empanadas de carne, y así recargar energías para el dia
siguiente.
En Castres, con amigos argentinos. |
Desde Castres partí rumbo a
Aubais, trayecto que me tomó dos días de pedaleo. En esos días pasé por una via
verde que va desde Mazamet a Bedarieux, un camino que va junto a una ruta, pero
con muchísima arboleda, casi siempre con sombra, y muchos túneles para cruzar.
Un camino muy entretenido de unos 80 Km, muy recomendable.
Via Verde Mazamet - Bedarieux |
Via Verde Mazamet - Bedarieux |
Ya en Aubais, después de haber cumplido
los primeros 2000 Km del viaje, llegué a casa de Nicolas, quien después de
saludarnos me comenta que ese día es su cumpleaños. Y que estamos invitados a
cenar en un campo con unas parejas de amigos de él. ¡Estoy de suerte! A las
pocas horas me encontraba compartiendo la cena y charlas con gente local, muy
hospitalarios, hecho que no hubiera podido imaginarme unas horas antes.
Comienzo a disfrutar de esta clase de sorpresas que da el viaje conociendo
nuevas personas que brindan a uno esas posibilidades.
Entrando a Aubais |
Junto a Nicolas compartí un par
de días en Aubais, fuimos hasta la costa donde me bañé por primera vez en el
Mediterraneo, me mostró su huerta donde cultiva verduras para su propio
consumo, y visitamos más amigos del pueblo. Me dejo un buen amigo en Aubais,
que espero poder volver a ver en otras oportunidades, quién sabe dónde.
Con Nico, en Aubais |
El siguiente destino fue
Marsella, un trayecto que también me llevó dos días realizarlo. Salí de Aubais
contento, no sabía dónde pasaría la noche, y sin una ruta ciertamente
determinada, asique todas las posibilidades estaban abiertas. Al mediodía pasé
por Arles, ciudad conocida por ser la inspiración para las obras de Van Gogh.
Muchísimas galerías de arte por todas partes, y más turistas aun recorriéndolas.
Finalmente ese día pude encontrar
un lugar tranquilo en un campo de olivos donde pasar la noche tranquilo.
Ya en Marsella, tuve la
oportunidad de ser recibido por Aurora y Edgardo, una pareja franco-chilena, y
recorrer con mi bicicleta parte de la ciudad. Fuera de la ciudad, fui hasta el
Parque Nacional des Calanques, muy recomendable, con unas vistas increíbles del
mar.
Marsella |
Parque Nac. Les Calanques |
Dejé Marsella atrás, y me dirigí
hacia el Oeste, en dirección Nice. Antes tuve oportunidad de pasar una noche
acampando junto al lago de Cárces, un lago artificial a unos 100 Km de
Marsella. Y también de visitar en su casa a Lionel, en un pequeño pueblo del
interior llamado Tourrettes, al que hay que subir una cuesta grande para
llegar, pero que las vistas desde allí son grandiosas.
Lago de Carces |
Junto a Lionel, en Tourrettes |
Tourrettes, Francia |
Llegué a Nice el 26 de Julio,
pasando antes por Cannes. Pedalear por esa zona, casi siempre por ciclovias, y
junto a la playa, sentía que era un lujo enorme que me estaba pudiendo dar.
En Nice me recibió Thomas, amigo
de Martin (a quién conocí de casualidad en Toulouse). Él también había vivido
en Argentina, y por supuesto que compartimos unos mates, antes de cenar. Sólo
puedo agradecer a ambos toda su hospitalidad, para contactar y recibirme allí,
Gracias Pibes!!
Mates con Thomas, en Nice |
En Nice |
Sólo quedaban unos kilómetros en
Francia, no sin antes pasar por Montecarlo, en Monaco. Una mega ciudad, llena
de edificios enormes, lujosos hoteles y autos, por donde yo no tenía mucho que
ver, y que pasé rápido. La última ciudad costera en Francia fue Mentón, y unos
kilómetros después, la frontera con Italia.
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