16 de julio de 2018

Comienzo del viaje: Catalunya y Aragón en Bicicleta




El comienzo

La propuesta que me plantee fue la de realizar un viaje en bicicleta con alforjas, en solitario, comenzando desde Barcelona, España. Considerando que nunca había hecho antes un viaje como tal, en bicicleta, ni siquiera había viajado al exterior, era una especie de desafío interesante al que estaba disponible a hacer frente.




La fecha del viaje, 5 de Junio de 2018. Estaba ya puesta desde Enero, y el tiempo pasaba rápidamente, y en ese intervalo tocaba resolver todas las cuestiones inherentes al viaje, como sacar un seguro de viaje, las vacunas, comprar partes del equipo que hacía falta, en fin, alistar todo lo máximo posible.

Finalmente la fecha llegó. Tocó despedirse de la familia y amigos, momento duro pero que lo suavizó el estar convencido de que este viaje era y es un anhelo que llevaba tiempo guardado.

Despedida en Santa Rosa


En Buenos Aires, antes de mi partida fui recibido por un gran ídolo, mentor, y amigo para mí, como es Pablo García, de Pedaleando el Globo, quien en Octubre de 2017 había finalizado su vuelta al mundo en bicicleta. Habiendo recibido sus últimos consejos y ánimos para el comienzo de mi viaje, partí hacia Ezeiza.



La bicicleta, el equipo y yo, arriba del avión, y arriba. Cierto que la incertidumbre era grande, pero siempre estuve animado y convencido de que estaba tomando una decisión correcta.



Los primero días en Barcelona fueron intensos, dedicando tiempo a comprar algunos elementos que me harían falta para el viaje, y aprovechando a conocer partes de esa hermosa ciudad. Pude disfrutar de días con buen tiempo, y visitar atracciones como la Basilica de la Sagrada Familia, Parc Guell, Barrio Gotico, o las ramblas.

En Barcelona, dias antes de comenzar a pedalear

Primeras pedaleadas en Catalunya

Por fin tocaba pedalear con las alforjas. Comencé el sábado 9 de Junio desde Barcelona, temprano en la mañana, buscando evitar el tráfico todo cuanto pudiese. La salda de la ciudad fue cómoda, por ciclovias, por lo que estuve muy a gusto y con buenas sensaciones desde el inicio.



No tenía una ruta definida para ese día, ni un lugar marcado para pasar la noche, por lo que pronto comencé a pedalear por la costa, junto a la playa, pero poco a poco fui desviándome por caminos alternativos, adentrándome hacia la montaña.
Varios kilometros duros de subida empujando la bicicleta, de los cuales es cierto, me arrepentí, ya que no valía la pena meterse ahí en el primer día de viaje.



Finalmente llegué a Sabadell, y tocó acampar detrás de un polígono industrial, donde estuve muy tranquilo. Primera noche de acampe superada.
Los días sucesivos siguieron siendo duros en cuanto a la pedaleada, acostumbrándome al ritmo de la bicicleta, perdiéndome más de la cuenta entre tantos pueblos catalanes por donde fui pasando, pero con la fortuna de que tuve como anfitrionas en mis paradas en Igualada y Lleida, a Ana y Mireia, respectivamente, quienes me recibieron de lujo en sus casas.

Llegando a Lleida

En Lleida, tomando unas cañas después de pedalear todo el día

Problemas con la Bicicleta

Los días siguientes comenzaron los problemas con la bicicleta. El primero al salir de Alfarrás (Catalunya), cuando rompí un rayo de la rueda trasera, y me quedé tirado en la ruta. Suerte para mí que un hombre trabajaba cerca de donde estaba, y se ofreció a llevarme a la bicicleteria del pueblo para poder arreglar la rueda. Eso hicimos, y ya en la bicicleteria se pudo arreglar la avería.







Tocaba ahora volver al sitio donde me había quedado, donde estaba la bicicleta, montar todo y ya quedarme a cocinar y acampar ahí mismo.




Al día siguiente, historia parecida, otro día intenso. Con la rueda en condiciones, salí de Alfarrás e ingresé a la Comunidad de Aragón. Tras unos 40 km, llegué a Monzón. Al parar en una estación de servicio, conocí a Josué, quien trabajaba ahí. El ya terminaba su turno, y me invitó a almorzar en su casa, por supuesto dije que sí. Luego del almuerzo, tocaba marchar rumbo a Huesca, pero aquí el problema. A 2 km de Monzón, rompí la pata del cambio trasero y la cadena, necesitaba una mano grande, y Josué me salvó ese día. Consiguió un vehículo y fue a buscarme. Segundo día consecutivo con la bicicleta en el taller, pero nuevamente habían estado allí las personas indicadas para hacer su aporte en resolver el problema.








Bicicleta arreglada, a pedalear

Los siguientes días afortunadamente fueron más tranquilos, subiendo desde Monzón hacia Bierge, Panzano, Molles de Riglos, o Jaca, entre otros. Pueblos tranquilos y pequeños ubicados entre montañas, que son muy agradables para visitar en bicicleta. Amigos o gente que me cruzaba por la ruta me recomendaron ir por ahí, advirtiéndome que sería mas duro, pero mucho mas bonito para conocer, y así fue, aunque casi todos los días tocaba bajar de la bicicleta a empujar, pero los paisajes que me iba encontrando compensaban todo el desgaste físico.

Llegando a Bierge, Aragón


Mallos de Riglos






También fue fácil ahí encontrar lugares donde acampar, o bien conseguir campings donde poder ducharse y pasar un día a gusto.

Acampando en Mallos de Riglos

Camping en Panzano, Aragón


Desde Jaca seguí la ruta hacia Hecho y Ansó, pequeños pueblos que están en la montaña, cercanos a los pirineos, con unas vistas muy lindas, pero con puertos duros entre ellos que llevaban su tiempo subirlos.

En Jaca



Puerto de Laza, Aragón
Pasando el pueblo de Ansó, quedaban los últimos kilómetros en Aragón, y ya entré a Navarra, por Roncal, con mucha ilusión de lo que vendría más adelante, ya que entraba en una de las regiones que más había esperado conocer, el País Vasco.

Fueron casi 650 kilómetros recorridos durante 9 días corridos, con buenas sensaciones sobre la bicicleta, y comenzando a acostumbrarme al ritmo de pedalear todos los días.




2 comentarios:

  1. Felicitaciones x tu viaje!!!! seguro sera una gran experiencia, y gracias x dejar los datos de tan lindos lugares.Saludos Ariel de La Plata, BS AS

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    1. Gracias Ariel! Me alegro que te haya gustado! Un abrazo fuerte! Maxi.-

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Tailandia,y mi contacto con el Budismo